El comercio internacional es el conjunto de operaciones comerciales realizadas entre países y que se rigen por normas establecidas en acuerdos internacionales. El concepto puede referirse tanto al movimiento de bienes y servicios como al movimiento de capital.
El comercio internacional ha existido desde el comienzo de la civilización. Un ejemplo que podemos citar es la Ruta de la Seda. En las últimas décadas, su importancia ha crecido con el avance de los transportes, las comunicaciones y la industria, y ésta es una de las características de la globalización.
¿Qué importancia tiene el comercio internacional?
La importancia del comercio internacional para la economía de un país se debe a varios factores. Entre ellas se encuentra la garantía de la venta de los excedentes de producción de este país, al mismo tiempo que permite a su mercado de consumidores tener acceso a bienes no disponibles localmente.
Además, el comercio internacional diluye los riesgos de las actividades ya que, con la diversificación de los mercados, las empresas pueden seguir comercializando sus productos aunque haya una crisis económica interna en el país en el que se basan.
La mejor manera de visualizar el desempeño del comercio internacional de un país es a través de su balanza comercial. Este indicador registra las importaciones y exportaciones de bienes y servicios. Si su saldo es positivo, significa que el país está exportando más que importando. Si es negativo, el valor de las importaciones supera al de las exportaciones.
Aprende cuál es la balanza comercial.
Diferencia entre el comercio exterior y el comercio internacional
Aunque son similares, el concepto de comercio internacional no debe confundirse con el de comercio exterior. La diferencia entre ambos está en las reglas que los regulan.
El comercio internacional se rige por acuerdos bilaterales o normas negociadas en organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y bloques regionales como el Mercosur y la Unión Europea.
El comercio exterior tiene como perspectiva un país específico en relación con los demás. Por lo tanto, a diferencia del comercio internacional, el comercio exterior está regulado por la legislación interna del país, por ejemplo, su legislación aduanera.
El objetivo de las normas internas es asegurar los intereses del país en sus relaciones comerciales. Sin embargo, esto debería hacerse preferentemente dentro de los límites del derecho internacional.
La evolución del comercio internacional
Las teorías que explican el comercio internacional pueden dividirse en dos grandes grupos.
El primer grupo se centra en la idea de las ventajas comparativas. Este modelo entiende que el comercio internacional se fomenta por las diferencias en la disponibilidad de factores de producción (tierra, mano de obra, capital y tecnología) entre los países y se asocia principalmente a las economías anteriores a la Primera Guerra Mundial.
En esa época, el comercio internacional se realizaba principalmente entre territorios con características distintas. Por ejemplo, Gran Bretaña exportaba productos manufacturados, ya que era abundante en capital, pero importaba materias primas de países que tenían más acceso a sus escasos factores de producción, como la tierra.
Este grupo de explicaciones del comercio internacional encaja en la teoría clásica del comercio internacional, que incluye la contribución de autores como Adam Smith y David Ricardo, y el modelo neoclásico, representado por los economistas Eli Heckscher, Bertil Ohlin y Paul A. Samuelson.
La posguerra
Las grandes guerras mundiales, las crisis económicas y las medidas proteccionistas frenaron el comercio internacional a principios del siglo XX. Cuando el intercambio de bienes y servicios volvió a crecer después del final de la Segunda Guerra Mundial, los acuerdos de liberalización en el mundo desarrollado cambiaron sus características. Estos cambios comenzaron a fomentar las teorías que explican el comercio internacional basado en las ventajas de la especialización y la producción en escala.
El consumidor exige productos diferenciados. Para satisfacer este deseo, las empresas necesitaban producir una gama más amplia de bienes. Si se centraran en el comercio interno, las empresas tendrían que reducir la cantidad ofrecida de cada producto. Al ampliar sus ventas a otros países, pudieron lograr una producción a escala, reduciendo su costo.
En este contexto, el comercio internacional se desarrolló con el intercambio de productos similares entre países con características similares. Por ejemplo, los Estados Unidos vendían coches Ford a Alemania e importaban coches Volkswagen de Alemania.
Escenario reciente
Desde el decenio de 1980, las ventajas comparativas han vuelto a cobrar fuerza con la liberalización del comercio en los países en desarrollo. Esos países, como China y la India, han pasado a ocupar un lugar destacado en la exportación de productos de gran densidad de mano de obra no calificada, incluidos los productos manufacturados. Los países ricos, por otra parte, son más ventajosos en las exportaciones que dependen de la mano de obra calificada.