La revolución industrial es una expresión. Revolución es un sustantivo femenino originado en el latín revolutio, que significa “el acto de dar vueltas”. Ya industrial es un adjetivo y sustantivo de dos géneros que viene en el latín industria, que significa “actividad”.
El significado de la Revolución Industrial aborda un conjunto de importantes cambios económicos y sociales que tuvieron lugar en Europa durante los siglos XVIII y XIX, especialmente en Inglaterra.
Hasta finales del siglo XVIII, gran parte de la población europea vivía en el campo y producía lo que necesitaba para su consumo. Artesanalmente, era el productor quien dominaba el proceso de producción – a pesar de esto, algunos países, como Inglaterra y Francia, ya tenían fabricantes.
Las manufacturas se caracterizaban por ser grandes talleres, lugares donde los diversos artesanos practicaban sus tareas manuales, pero seguían subordinados al propietario de la manufactura.
Con la Revolución Industrial se produjo una transición de los procesos de fabricación que acabó sustituyendo el trabajo manual por el uso de máquinas, haciendo que el trabajo se convirtiera en asalariado a partir de ese período. La sustitución de las máquinas tenía como gran ventaja la forma de ahorrar el tiempo del trabajo realizado por los humanos, que terminaba generando una mayor producción de bienes y, en consecuencia, un aumento de las ganancias de los empresarios.
Inglaterra fue la nación precursora de la Revolución Industrial gracias a varios factores, como la rica burguesía, la existencia de la zona de libre comercio más importante de Europa, la ubicación privilegiada junto al mar y el éxodo rural.
Con la intención de aumentar aún más los beneficios, los empresarios explotaron a los trabajadores y los obligaron a trabajar hasta 15 horas diarias para recibir un salario bajo. Lamentablemente, las mujeres y los niños también se vieron obligados a trabajar para mantener a sus familias.
Muchos trabajadores se rebelaron por las terribles condiciones de trabajo que se ofrecían. Con ello, comenzaron a sabotear las máquinas (los llamados “rompe-máquinas”) y fomentaron el surgimiento de otros movimientos que pretendían defender al trabajador.
Causas de la Revolución Industrial
Las causas de la Revolución Industrial provocaron los importantes cambios en el sistema político, social y económico de Inglaterra desde el siglo XVIII en adelante – este movimiento se extendió al resto de Europa y al mundo.
El advenimiento de la Revolución Industrial fue el hito de la fase de industrialización con el uso de máquinas en detrimento del trabajo artesanal (o manual).
Además de hacer una transición de la manufactura a la industrialización, la Revolución Industrial también favoreció la creación de la Ilustración, una corriente filosófica que predicaba los principios de la razón y la creencia en los avances científicos opuestos a los idealismos de la religión y la fe que eran, hasta ese momento, predominantes.
Entre las varias razones que llevaron al desarrollo de la Revolución Industrial, es posible citar:
- Ausencia de barreras aduaneras, es decir, la zona de libre comercio de Europa,
- Crecimiento de la población en Europa,
- Desarrollo de las industrias metalúrgicas y siderúrgicas,
- El fin de la monarquía y el absolutismo en Inglaterra,
- Innovaciones técnicas,
- Materias primas abundantes y de bajo costo,
- Reducción de la mano de obra debido al creciente uso de máquinas,
- Reducción de la tasa de mortalidad gracias al aumento de la comercialización de alimentos,
- El auge del parlamentarismo.
Además, la introducción del liberalismo político y económico, el mejoramiento de los métodos agrícolas y la consolidación del sistema capitalista (capitalismo industrial) fueron también responsables de la Revolución Industrial.
Consecuencias de la Revolución Industrial
El nuevo sistema generado por la Revolución Industrial cambió las relaciones sociales y creó dos nuevas clases sociales que fueron fundamentales para su funcionamiento:
- Los empresarios (capitalistas) que son los dueños del capital, las máquinas, las materias primas, los edificios y otros bienes producidos por el trabajo,
- Obreros, proletarios o asalariados que sólo son dueños de su fuerza de trabajo y la venden a los empresarios a cambio de un salario para producir la mercancía.
Además, la Revolución Industrial fue la responsable de la aparición de los sindicatos en 1833 en Inglaterra, con el objetivo de obtener mejores condiciones de vida y de trabajo.
La Revolución Industrial también contribuyó a mejorar los medios de transporte, como la máquina de vapor, el barco de vapor, los ferrocarriles, etc.
Etapas de la Revolución Industrial
Las fases de la Revolución Industrial se dividen en tres, ya que comprenden los distintos momentos desde el comienzo de tal avance en el proceso industrial que comenzó en el siglo XVIII en Inglaterra.
Estas tres fases se llaman comúnmente Primera Revolución Industrial, Segunda Revolución Industrial y Tercera Revolución Industrial.
La primera fase
La primera fase de la Revolución Industrial se refiere al período comprendido entre 1750 y 1850 y está totalmente limitada a Inglaterra.
Esta fase se caracterizó por el surgimiento de las industrias de tejidos de algodón y el uso del telar mecánico, así como por los diversos descubrimientos que favorecieron la expansión de las industrias, con los avances técnicos y científicos y la propia introducción de las máquinas.
Fue, básicamente, la transición de la fabricación al sistema de fabricación.
En este período, la mejora de las máquinas de vapor también contribuyó a la evolución del proceso de la Revolución Industrial.
La expansión de las industrias, por lo tanto, se produjo a partir de estos factores. El uso del carbón sirvió como “alimento” para las máquinas y se convirtió en un elemento esencial en ese momento.
La burguesía era la clase que poseía los recursos y siempre buscaba el mayor beneficio. La clase obrera surgió como una forma de mano de obra barata y explotada en las fábricas.
Segunda fase
La segunda fase de la Revolución Industrial tuvo lugar entre los decenios de 1860 y 1900 y se caracterizó por la adhesión de otros países al progreso científico y tecnológico: Francia, Alemania, Rusia e Italia son ejemplos.
Esta fase se caracterizó por el uso del acero, la utilización de la energía eléctrica y los combustibles derivados del petróleo, así como por la invención del motor de explosión, la locomotora de vapor y también el desarrollo de productos químicos.
El acero en sí mismo era un elemento esencial en la construcción de vías férreas, asegurando un mayor progreso en los medios de transporte. No sólo los ferrocarriles, sino que en esa etapa el automóvil y el avión fueron inventos de esa etapa.
Tercera fase
La tercera y última fase de la Revolución Industrial se extiende desde 1950 hasta el presente. Es el momento de mayor avance en la tecnología, la informática y la ciencia, así como en las áreas de la robótica y la electrónica.
Ejemplos de creaciones de la época son: computadoras, televisores, teléfonos celulares, Internet, software, entre otros.